El secreto de lograr un punto diferente en algo que se ha hecho siempre

Fotos de comunión pro

Hace unos días os enseñé las fotos de Adriana, como ejemplo de la versión niña de las comuniones que he hecho este año. Y hoy os traigo la versión de niño con las fotos de Mario.

Vosotros lo podréis decir mejor, pero creo que tienen ese punto diferenciador que va más allá de un niño mono sonriendo hacia la cámara. Ese algo más que se consigue tras un rato de experimentar, justo en el momento en que empieza a ser él mismo y deja de posar.

Eso me hace pensar en cuando se sorprenden por que las sesiones duren de tres a cuatro horas, porque me han dicho que otros lo hacen tan sólo en una. Pero es que la foto especial ocurre justo ahí, cuando crees que ya está…

Estas primeras son con luz natural y el 85mm 1.2.

Y estas otras son con el AcuteB de Profoto con la ventana RFI 1×3′ en frente a la izquierda y usando la luz del sol del atardecer como luz trasera, y también con el 85mm 1.2 sobre la 5D Mark II.

El otro día os comentaba el cómo conseguir que algo que se ha hecho toda la vida parezca algo diferente y yo creo que en mi caso el secreto está en tratarlo como si fuera una producción como las demás, usando las mismas herramientas, el mismo cariño y la misma creatividad como con cualquier otro cliente y sobretodo olvidando cualquier referencia de lo que se ha hecho antes.

Simple, sencillo, bonito y profesional. ¿O qué os parece?

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Aquí tienes algunas princesas y príncipes del 2012:

Koldo

Javier

Laia