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Intercambio de servicios

Pongámosle imaginación al asunto

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El trueque es el intercambio de objetos o servicios por otros objetos o servicios, y se diferencia de la compraventa habitual en que no intermedia el dinero en líquido en la transacción.

Históricamente es habitual que el trueque recobre importancia en épocas de crisis económica, y principalmente en casos de hiperinflación, dado que el dinero pierde en gran medida su valor.

En nuestro país las empresas de automoción y de publicidad son quienes más lo usan, pero echándole imaginación, el intercambio es válido a cualquiera que tenga algo de ofrecer a cambio de algo. Hay varias maneras de realizar el trueque, puede ser de productos, servicios o incluso de tiempo o trabajo, y puede ser tanto a nivel personal como a nivel profesional.

Ahora bien, tú y solamente tú, debes ser quien determine qué es lo que necesitas y valorar si el pago por tus servicios es justo. La clave está en buscar el beneficio mútuo entre las dos partes, y no en que la más fuerte de las partes obtenga algo gratis aprovechándose de la otra.

Un ejemplo habitual de lo que se enmascara de intercambio es algo como «A ti te conviene hacer este servicio para mi porque te va a dar publicidad».

Pero no, como he dicho, tú decides qué es lo que te conviene. En este caso tendrías que decidir primero si quieres esa publicidad y después en cuanto estaría valorada, para entonces contrastarla con el valor del servicio que tendrías que realizar a cambio.

No sólo consiste en la obtención de un servicio sin que haya intercambio de dinero por ningún lado, sino que es una forma creativa de solucionar tu problema y el de otra persona al mismo tiempo.

Vamos a analizar los pasos a seguir para realizar un trueque justo, siguiendo como ejemplo una experiencia propia reciente.

1. Lo primero que debemos hacer es detectar nuestro problema. En mi caso, mi inglés hablado no es fluido.

2. Una vez detectado el problema planteamos una solución. Debo practicar más, teniendo conversaciones reales.

3. Formalizar la solución en una necesidad. Necesito alguien con quien practicar, que al mismo tiempo me corrija.

Ahora es donde interviene la imaginación para encontrar una forma creativa de obtener lo que necesitamos…

5. Quién puede ofrecerme lo que necesito. Un nativo de habla inglesa.

6. Cómo voy a hacer que esta persona quiera hablar conmigo. Voy a ofrecerle algo a alguien que sea nativo.

7. Qué puedo ofrecerle a esta persona. Cuál es mi valor añadido. Puedo dar clases de fotografía o retoque fotográfico.

8. Cómo. Teniendo el perfil definido entendemos que la audiencia debe ser global, no local, ya que necesitamos a Un nativo de habla inglesa que esté interesado en recibir clases de fotografía o retoque fotográfico. Por tanto, las clases serán mediante skype para no limitarnos geográficamente.

9. Anunciar el intercambio. Pondré un anuncio en mi página de facebook ya que en las estadísticas pone que un 40% de la audiencia es de habla inglesa.

Y eso es todo. La misma noche en que anuncié el intercambio recibí varias propuestas. Finalmente escogí a Leanne Simons, una encantadora abogada australiana que vive en Hong Kong y está interesada en mejorar sus habilidades fotográficas para documentar la vida de su hija que tiene ahora un añito.

Me decidí por ella primero porque no tiene ni idea de español, así evito tentaciones por mi parte, y también porque tiene nivel perfecto para que sepa de lo que le hablo pero al mismo tiempo puedo enseñarle muchas cosas que le serán útiles. Además tiene muchísimo interés en aprender y en practicar lo que le voy enseñando, así que podremos comentar las fotos que vaya haciendo y por tanto se generará mucha conversación.

Hemos hablado un par de veces y ya me parece una idea genial, estamos las dos entusiasmadas. Sólo el primer día estuvimos una hora tan sólo comentando fotos, e incluso me preguntó si me importaba que me corrigiera!

Una muy buena experiencia, os recomiendo que os propongáis como ejercicio seguir los pasos anteriores, seguro que sale alguna idea buena de ahí!

Suerte!